Conocido en español como restauración ecosistémica, resalvajización, renaturalización, entre otros nombres, el rewilding es un enfoque de conservación ecológica que busca que la naturaleza, de manera autónoma y autogestiva, restaure, remodele y mejore ecosistemas deteriorados, tanto terrestres como marinos, para que alcancen un estado similar al original.
Organizaciones como Rewilding Europe y Climaterra, señalan los siguientes beneficios de emplearlo:
- Regenera sosteniblemente al medio ambiente. Al aumentar la biodiversidad, mejorar la calidad del aire y el agua, reducir la erosión y contribuir al almacenamiento de carbono, mitiga los desafíos ambientales. Asimismo, los ecosistemas autorregulados son más sostenibles a largo plazo.
- Complementa otras acciones a favor del entorno natural. Debido a sus características inherentes de restauración y regeneración, complementa estrategias ecológicas preexistentes, en su mayoría, de conservación.
- No necesita de gestión humana activa. Gracias a su carácter autogestivo y autónomo, el rewilding requiere de intervención humana mínima y, por tanto, recursos y costos reducidos y poco frecuentes.
- Crea oportunidades socioeconómicas. El aumento de la biodiversidad posibilita el surgimiento de empresas basadas en la naturaleza, como el ecoturismo.
- Contrarresta el cambio climático. El impulso de ecosistemas robustos y sanos es crucial para contar con aire y agua limpios y almacenar carbono, lo que, a su vez, contribuye a resistir los efectos del cambio climático, tales como inundaciones.
Como parte del sector privado, la familia Landsmanas toma su parte de la responsabilidad e implementa en todas las empresas que lidera —La Cosmopolitana, Serel y Kol Tov— normativa que reduce el impacto negativo al entorno natural.