Los fertilizantes ecológicos provienen únicamente de fuentes naturales. Su empleo busca mejorar la calidad del suelo, al aportar nutrientes fundamentales para el crecimiento de los cultivos. Se diferencian de los fertilizantes químicos por no contar con sustancias sintéticas que causen daños a su entorno o a los seres vivos.
La Cosmopolitana, líder en el mercado de los alimentos, se muestra a favor del uso de este tipo de fertilizantes, debido a que suponen una práctica amigable con el medio ambiente. En este sentido, la empresa cuenta con diversas certificaciones que aseguran la sostenibilidad de sus procesos de producción.
Existen distintos tipos de fertilizantes ecológicos:
- Orgánicos. Elaborados a partir de materiales de origen vegetal o animal, como la composta y el estiércol, por lo que aportan nutrientes esenciales y mejoran la composición del suelo, además de aumentar su capacidad para retener agua y aire.
- Minerales. Están compuestos por minerales extraídos de rocas o suelos, como la roca fosfórica, el sulfato de potasio y la caliza. Estos abonos aportan nutrientes que no están presentes en los abonos orgánicos y complementan su uso.
- Verdes. Estos abonos incorporan plantas en el suelo de cultivo, con el fin de mejorarlo. Algunos ejemplos son alfalfa, trébol, centeno y avena. Éstas fijan el nitrógeno en el suelo y aportan materia orgánica al descomponerse.